Por el tejido vascular de los árboles, incluido el drago, Dracaena draco, no corre la sangre propia de los animales vertebrados.
La sustancia a la que hace referencia el enunciado de esta pregunta es una resina de color rojizo que se obtiene de varias especies vegetales, entre las que se encuentra el drago y las de otros géneros muy cercanos, como Croton, Daemonorops, Pterocarpus y Calamus.
Se origina cuando la savia de las plantas emerge a la superficie de la corteza, donde se endurece y adquiere un tono carmesí al contactar con el aire. El drago es endémico de las islas Canarias y el oeste de Marruecos, desde donde, ya en la época romana, su sangre era transportada al resto de Europa para venderla como medicina, tinte y fuente de barniz.
Árabes, griegos y el resto de pueblos del Mediterráneo también comerciaban con ella. Por sus propiedades antiinflamatorias, se aplicaba, seca y en forma de polvo, como coagulante en úlceras y hemorragias, como colutorio y para tratar problemas dérmicos, digestivos y respiratorios.
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