La mala letra de Charles Darwin, el genial científico inglés que elaboró en el siglo XIX la teoría de la evolución, ha dejado de ser el tormento de investigadores y curiosos para convertirse en un regalo en el 155 aniversario de la publicación de El origen de las especies (1859), su magna obra, fundamento de la biología, objeto de admiración y controversia todavía hoy. El Museo de Historia Natural de Nueva York y la biblioteca de la Universidad de Cambridge han abierto al público, en sus respectivos sitios digitales, la primera entrega del proyecto de digitalización de los manuscritos del investigador, 12.000 documentos, con sus correspondientes transcripciones, que ilustran su trabajo durante los 25 años en que conformó su teoría y escribió su gran libro.
“En estos escritos se puede ver al pensador, al perspicaz recolector de pruebas, al inspirado observador y al decidido experimentador”, afirma David Kohn, director del proyecto, en la página web del museo neoyorquino.
Además del boceto original del famoso árbol ramificado de las especies, con correcciones y las dudas de Darwin en él plasmadas, o de documentos pEl origen de las especies, unas 500 páginas, de las que sólo se conservan 41.
El científico no era muy cuidadoso con sus documentos originales ni parecía importarle mucho su conservación. De hecho, solía deshacerse de ellos. Su hija Henrietta salvó de la basura decenas de folios para poder dibujar en ellos. En uno se aprecia lo que parece un soldado inglés con una zanahoria como cabalgadura enfrentándose a un caballero presumiblemente turco. Detrás de esos dibujos están los fragmentos, con sus correcciones, de la magna obra de Darwin.
El proyecto continúa. El Museo confía en que para junio de 2015 estén disponibles hasta 30.000 documentos, que completarían la obra de Darwin desde los primeros pasos de su teoría, a partir de su viaje en el Beagle, y el inmenso trabajo de investigación que realizó para sustentarla hasta su muerte en 1882. Lo expuesto es fruto de la labor de digitalización que desde 2009 han venido realizando el Museo de Historia Natural en colaboración con otras instituciones que custodian materiales de Darwin, como la citada Universidad de Cambridge, Harward, el Eton College y el Museo de Historia Natural de Londres, entre otras.
http://elpais.com/elpais/2014/11/27/ciencia/1417105841_607431.html
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