Todo empezó como un pasatiempo. Una de sus maestras se dio cuenta de que al hijo mayor de los Casey le gustaba programar y se lo contó a sus padres. Ahora prueba sus aplicaciones con su hermano Isaac, de 12 años. A Isabel (9) le interesan más los deportes. Con 12 años, Jordan creó su primera start-up (empresa de nueva creación vinculada al sector tecnológico). A los 15, sus padres dirigen sus tres empresas hasta su mayoría de edad.

Sus padres, que trabajan en servicios financieros, se turnan para viajar con él. Jordan y Louise Casey, la madre, aprovecharon su única noche libre en Madrid para cenar en el Santiago Bernabéu. Al chico le encanta el fútbol y es forofo del Liverpool y del Real Madrid, por ese orden. Juega de lateral y asegura ser muy rápido en el campo.
Ha dado charlas invitado por la Comisión Europea, y visitó Silicon Valley hace dos años. Pero este curso racionará los viajes para poder preparar bien los exámenes finales de secundaria. Después no cree que vaya a la Universidad. Se trasladará a Londres para trabajar. Su vida en casa es “de lo más corriente”. Pasa el tiempo entre las clases, el fútbol y la consola. “No soy un chico popular. Cuando juego con mis amigos, ni me preguntan por estas cosas”, señala. ¿Es el más listo de la clase? “¡Qué va! Estudio como todos y no soy ningún genio. Ya sabe, lo normal”.
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