Un software desarrollado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena, California (EE.UU.) ha descubierto que el terremoto de magnitud 7,9 en la escala Richter que sorprendió y asoló Nepalel pasado 25 de abril creó ondas de energía que penetraron en la atmósfera superior de la Tierra, lo que perturbó la distribución de electrones de la ionosfera o termosfera, la zona de la atmósfera terrestre ionizada permanentemente debido a la fotoionización de la radiación solar.

Los datos revelan que tras la ruptura del terremoto inicial hubo un período de unos 21 minutos hasta que la perturbación ionosférica provocada por el terremoto llegara a una estación de GPS ubicada a unos 640 kilómetros de distancia del epicentro en el Tíbet (China).
Gracias a este tipo de información los científicos podrán llegar a planificar futuros sistemas de alertapara poder responder con antelación a cualquier peligro de carácter natural difícil de detectar como una erupción volcánica o un tsunami.
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