jueves, 7 de mayo de 2015

Quimeras para incubar órganos humanos

“Cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón”, dice de la quimera el diccionario, que añade como segunda acepción: “Lo que se propone a la imaginación como posible, no siéndolo”. Los científicos proponen ahora otras quimeras a la imaginación como posibles, y siéndolo. Un nuevo tipo de células madre descubiertas en embriones de ratones y humanos, fáciles de clonar, cultivar y modificar genéticamente, imprime hoy un salto cualitativo a la biología del desarrollo y a la incipiente medicina regenerativa. Entre sus múltiples talentos está el de permitir el crecimiento de tejidos humanos en un embrión de ratón. Son quimeras posibles, y avistan un nuevo continente biomédico.
“Las celulas humanas”, aclara enseguida el líder del estudio, el investigador español Juan Carlos Izpisúa, “se han implantado in vitro en un embrión de ratón no intacto y no viable, y además se ha parado el experimento en un día, una vez que comprobamos que podía dar lugar a las tres capas embionarias [mesodermo, endodermo y ectodermo] de donde derivan todos los tipos celulares de un organismo; por lo tanto el experimento está dentro de las normas y protocolos aprobados por los comités reguladores”.
El trabajo es el tercero que sale de la factoría Izpisúa en las últimas tres semanas: el primero se publicó en Cell (un método para corregir las enfermedades transmitidas por la madre); el segundo en Science (una clave esencial del envejecimiento humano); y el de ahora en el artículo principal de Nature, con lo que el laboratorio del investigador español en el Instituto Salk de California se apunta las tres medallas olímpicas de la ciencia a la vez.
Pero caben pocas dudas de que esta línea de investigación está llamada a chocar con obstáculos éticos y legales a no mucho tardar. Un aperitivo: ya la publicación de este artículo en Nature se ha retrasado dos semanas porque WiCell, una organización sin ánimo de lucro de la Universidad de Wisconsin, en Madison, que almacena y distribuye líneas de células madre a los laboratorios de todo el mundo, exigió aclarar en el artículo que los experimentos de quimeras se habían hecho con embriones inviables. WiCell había aportado una de sus líneas celulares al trabajo, y quería evitar conflictos con sus donantes de células y sus accionistas.

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